"Naturaleza, aventura y ciencias identifican a Punta Arenas, con sus paisajes de pampa, fiordos y canales, donde las nevadas cumbres de la Cordillera de Los Andes se funden con inmensas extensiones de bosques húmedos templados...", así es como el Sernatur define a esta ciudad para aquellos insaciables visitantes extranjeros. A mis cortos años de edad, no como una turista, logré notar el frío del Sur Chileno, aquel frío que calaba los huesos entre otoño y primavera, el cual llenaba las calles de una gruesa capa de escarcha, nieve y hielo. Aquel frío que los primeros días de junio convertía los suelos en claros blancos, bajas temperaturas, fuertes vientos; el denominado clima continental trasandino con degeneración esteparia (Dirección Metereológica de Chile). Recuerdo haber despertado aquellos días con el sonido de los barcos y gaviotas, las sirenas que anunciaban el arribe de los pasajeros hacia tierra, japoneses, alemanes, franceses y muchos extranjeros más repletaban la ciudad, desendían ansiosos de descubrir todo lo que ocultaban aquellas tierras, desde fuertes de los tiempos de las guerras con Argentina, hasta cuevas milenarias que existían desde siempre en esos lugares. Yo jamás entendí por qué esos lugares que eran como mi hogar, siempre eran tan misteriosos para aquellos extranjeros. En todo lugar hay sitios muy diferentes que llaman la atención por su peculiaridad, pero estos eran sumamente especiales, se mantenían vigentes como si nada, intactos ante el paso de los años.
Yo extraño esos lugares, que en invierno solian ser´sumamente fríos y en verano levemente calidos, aquellos deserticos parajes en que rara ocasión se podría disfrutar de la arena y el calor del sol, anhelo regresar a aquellas tierras misteriosas donde leyendas como las del calafate que promete un regreso próximo y la del dedo del Patagón otorgan deseos de seguir descubriendo y analizando lo que entora a aquella ciudad (http://www.patagoniachilena.com/ leyendas y mitos).
Yo extraño esos lugares, que en invierno solian ser´sumamente fríos y en verano levemente calidos, aquellos deserticos parajes en que rara ocasión se podría disfrutar de la arena y el calor del sol, anhelo regresar a aquellas tierras misteriosas donde leyendas como las del calafate que promete un regreso próximo y la del dedo del Patagón otorgan deseos de seguir descubriendo y analizando lo que entora a aquella ciudad (http://www.patagoniachilena.com/ leyendas y mitos).